Hemos vuelto del verano, tiempo
dedicado al ocio y tiempo libre, o por lo menos lo hemos intentado. ¿No ha
pensado en ningún momento en cómo mejorar su empresa?. Pensamos que sí. ¿Lo conseguirá?. Pensamos que no.
Resumen |
- Ideas que se pierden en el camino.
- La solución.
- Los resultados.
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Ideas que se pierden en el camino.
Durante los largos meses de
verano, en los que se nos permite tener un poco más de tiempo del habitual,
hemos vuelto a pensar en cómo hacer que nuestra empresa funcione mejor y en cómo
mejorar las cosas que no hacemos realmente bien. Hemos vuelto del verano
dispuestos a cambiar esas cosas, pero, como todos los años, dentro de poco
estaremos metidos en la vorágine del día a día y cuando lleguen las navidades,
ya ni nos acordaremos de estos fantásticos pensamientos que hemos tenido en la
época estival.
Podría servirnos la frase, vamos
a “contar mentiras tralará” como resumen de lo que inevitablemente va a suceder,
por lo menos en la mayoría. Como todos los años queremos mejorar bastantes
cosas, pero al final, sólo realizaremos algunos pequeños cambios y nos
sentiremos satisfechos, pues rápidamente abandonaremos en la lejanía de nuestra
memoria aquellos pensamientos tan interesantes y oportunos que hemos tenido
durante el verano.
¿Cuál es el problema?. En
nuestros clientes hemos detectado que el verano es una época maravillosa para
hacer planificación estratégica, si bien, después de haber desarrollado un plan
descubrimos que la puesta en marcha se tornaba complicada y en la mayoría de
los casos no se llevaba a la práctica. Durante años hemos archivado decenas de
ideas que nuestros clientes habían generado y posteriormente hemos comprobado
si habían llevado a la práctica tales ideas. El resultado es que en menos de un
5% de nuestros clientes se había producido el hecho de por lo menos intentar
poner en práctica esas ideas.
La solución
¿Qué hicimos?. Sencillamente,
hemos creado un lugar donde, al finalizar el verano, nuestros clientes depositan
sus ideas, y marcan por tanto, una fecha de inicio para la ejecución de sus ideas.
Durante los siguientes meses nuestro equipo de consultores, van comprobando el
avance en la ejecución de esa idea, consultando a nuestro cliente al respecto y
proponiendo las mejoras oportunas en función de los errores detectados.
¿Cómo lo hicimos?. Propusimos a
aquellos de nuestros clientes que disponían de un conjunto de herramientas de
gestión empresarial (WEB, ERP, CRM, servicio técnico y consultoría) el archivar,
a modo de tormenta de ideas, en un documento de Microsoft Word, aquello que
habían pensado y nos lo enviasen por correo electrónico. Nuestros consultores
analizaron si disponían de los medios adecuados para llevar esa idea a la
práctica y redactaron un plan de viabilidad para cada uno de nuestros clientes.
En ese plan de viabilidad, además de la parte financiera del asunto, se incluía
un detallado informe de cómo emplear sus herramientas de gestión empresarial
para controlar la marcha automática de la
ejecución de ese proyecto. Finalmente, nuestros consultores recibían por
parte del sistema de gestión de la empresa, un informe detallado sobre la
marcha del proyecto. Si los datos no eran favorables enviamos al cliente un
detalle de los cambios a realizar y los reflejábamos en su sistema de gestión.
Y así sucesivamente hasta la finalización de la implantación de esa idea
veraniega.
Los resultados
¿Qué ha sucedido?. Los clientes
que se han adscrito a este sistema, han conseguido poner en práctica sus ideas
en un 95% de los casos.
¿La consecuencia?. En el peor de los casos, han aumentado su
rentabilidad un 10% sobre el mismo periodo del año anterior.
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